Tener una piscina en casa es sinónimo de bienestar, diversión y relax. Sin embargo, también requiere un consumo de agua, energía y mantenimiento que puede aumentar los gastos. La buena noticia es que con algunos hábitos inteligentes puedes disfrutar al máximo de tu piscina y ahorrar al mismo tiempo.
Las cubiertas no solo aportan seguridad, también ayudan a reducir la evaporación del agua hasta un 90% y mantienen la temperatura, lo que disminuye el uso de climatización y productos químicos.
La filtración es esencial, pero no hace falta que funcione todo el día. Con 4 a 6 horas diarias suele ser suficiente, dependiendo del tamaño de la piscina. Además, programar la bomba en horarios de menor consumo eléctrico puede marcar la diferencia en la factura.
Si tu piscina está climatizada, mantén la temperatura en niveles razonables (entre 26 y 28 °C). Cada grado extra aumenta de forma significativa el gasto energético.
Un exceso de agua puede provocar pérdidas al nadar o al rebosar, lo que obliga a rellenar constantemente. Mantén el nivel justo por debajo del borde de los skimmers.
Un buen mantenimiento evita averías y uso excesivo de químicos. Cepilla paredes y fondo de forma periódica y revisa los niveles de pH. Esto alarga la vida de tu piscina y reduce gastos a largo plazo.
Ahorrar en tu piscina no significa disfrutar menos, sino hacerlo de forma más inteligente y sostenible. Con pequeñas decisiones puedes reducir el consumo de agua, electricidad y productos químicos, mientras alargas la vida útil de tu instalación.
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