¿Alguna vez has mirado tu piscina y te has encontrado con un tono verde que no esperabas? Tranquilo, no eres el único. A continuación, te explicamos las causas más comunes de este problema y cómo solucionarlo de manera sencilla y efectiva.
1. ¿Qué hace que el agua se vuelva verde?
-Crecimiento de algas: Si el cloro está bajo o el filtro no funciona como debería, las algas aprovechan para aparecer y multiplicarse.
-Niveles químicos desbalanceados: Un pH muy alto o un cloro insuficiente crean las condiciones perfectas para que las algas prosperen.
-Mantenimiento insuficiente: Sin una limpieza regular, la piscina acumula residuos que facilitan la aparición del agua verde.
-Clima y entorno: Las lluvias, el polvo y las hojas caídas también pueden alterar el equilibrio del agua.
2. Cómo detectar el origen del problema
-Pruebas químicas: Usa un kit para medir pH, cloro y otros químicos; esto te dirá si hay desequilibrios que corregir.
-Inspección visual: Si ves manchas verdes en las paredes o el fondo, probablemente se trate de algas.
-Revisar el equipo: Asegúrate de que el filtro y la bomba estén funcionando al 100%; cualquier fallo aquí podría estar detrás del problema.
3. ¿Cómo devuelves el azul a tu piscina?
-Tratamiento de choque: Añade cloro de choque para eliminar las algas rápidamente.
-Aplica un algicida: Selecciona uno adecuado y síguelo al pie de la letra.
-Equilibra los químicos: Ajusta el pH, la alcalinidad y el cloro para estabilizar el agua.
-Optimiza la filtración: Limpia el filtro y asegúrate de que el sistema de recirculación funcione sin problemas.
4. ¿Cómo prevenir el agua verde en el futuro?
-Limpieza constante: No dejes que se acumulen residuos; un mantenimiento regular es clave.
-Chequeos frecuentes: Mide pH y cloro semanalmente, así puedes detectar y corregir cualquier desequilibrio antes de que sea un problema.
-Cúbrela cuando no la uses: Una cubierta ayuda a mantener la piscina libre de hojas, polvo y otros elementos que alteran el equilibrio químico.
Conclusión:
El agua verde en la piscina no tiene por qué ser una pesadilla. Con un mantenimiento sencillo, algunos ajustes en los químicos y un poco de atención a los detalles, puedes mantener tu piscina clara, brillante y lista para disfrutar. ¡Di adiós al verde y saluda al azul!